mercredi 6 janvier 2016

Patientia nostra

Puede, si hay destino, que fuese el destino
y si no, sólo fue culpa de la suerte
que no nos dijéramos amor tan fuerte
y no nos juntáramos en el camino

Pensé que en tu horizonte no cabría
un corazón loco, errante como el mío.
Igual pensabas tú. Fue nuestro extravío.
Ahora sé lo que de niño no sabía.

Pasarán los años, ¡que Dios nos absuelva!
Al fin viejos, pecadores en tu cama,
mantendremos viva del amor la llama.

Esperarás, querida, hasta que yo vuelva,
pues te volveré de estas tierras, sultana,
quiera o no el destino. No es promesa vana.

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