jeudi 14 janvier 2016

Carta a Mencía desde la lluvia

¿Ves cómo el Sol calienta
Mencía, tu piel morena?
Pues de la misma manera
el Sol calienta la piedra
y el agua sobre la arena

El agua deja en la playa
saladas flores de espuma
y cansada y estirada
por el Sol recalentada
ligera el agua se esfuma

Ya no es agua, ya es vapor
que amplio ligero y caliente
va subiendo con ardor
hasta un nivel superior
porque lo cálido asciende

Cuando al fin encuentra el frío
se arrejunta y se condensa
tiritando el vaporcito
y en el cielo azul tranquilo
se forman nubes espesas

Pasa el tiempo y en la nube
recuerdan que fueron agua
y en el cielo gris de octubre 
se acuerdan que de costumbre
las ferias amenazaban

Entonces con la presión
con el frío y las corrientes
vuelve a ser agua el vapor
y por su peso mayor
caen las gotitas sonrientes

Las gotas de agüita fresca
se llaman lluvia, Mencía,
y bajan en línea recta
y se estrellan en la acera
con lágrimas de alegría

La lluvia es como un tiovivo:
El agua corre al arroyo
y el arroyo hasta el río
el río al mar bravío...
¡y empieza de nuevo el rollo!

El Sol calienta, morena,
el mundo y la mar salada
y la lluvia los refresca
cantando triste y serena
toqueteando a tu ventana

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