La espera es larga, lentas
las horas vacías
que de un punto cero
a otro punto cénit
se estiran
sin dejar por el camino
cifras nuevas ni colores
Cantan los segundos
salmos de triste compás
mientras las risas de los tuyos
se estrellan en las paredes
tintineando infinitos
copos de anciana virtud
Si se oyera un tic-tac al menos
que le diera una medida al tiempo
mi cuerpo conocería
la cuerda del funámbulo
que de un cenit a otro cielo
se balancea
como al viento tu melena
Pero no hay aspas en el molino
para contar los giros
Ni suenan campanarios
entre nubes de elasticidad
No hay trinos ni gallos
ni calandrias ni ruiseñores
de noche ni de mañana
Solo queda dejarse llevar
por las aceras del éter
como la medusa inerte
avanza entre dos aguas
hasta que llegue el beso
que selle el fin de la espera.
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