vendredi 28 octobre 2016

V

Siento ¿cómo no voy a sentirlo?
que ya no me quieras ni me esperes
y que no me devuelvas los besos
que te mandaba entre los laureles.

Y siento en mis almas doloridas
-que ya ni bendices ni acompañas-
la soledad de un niño que grita
por las aceras en tierra extraña.

Y me duele, sí, porque te callas,
que mis versos que antes apreciabas
mueran huérfanos en la cuneta.

Mas por encima de todo, vida,
sufre mi corazón una herida :
no decirle a tu niña "mi nena".



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